Generalmente los seres humanos tienden a querer respaldar sus posturas o creencias con argumentos no sólo que justifiquen dicha postura sino que los coloque por encima de otros; ninguno de nosotros está libre de caer en la tentación del orgullo en estas manifestaciones. La iglesia de Jesucristo tampoco escapa a este tipo de problemas, lastimosamente, por eso en vez de establecer fundamentos sólidos sobre los cuales edificar una comunión, se separan "cuerpos doctrinales" que son usados exactamente para lo contrario, es decir, dividir, discriminar, excluir, etc. No está demás decir que muchas de estas actitudes en realidad, veladamente, tratan de justificar la propia falta de frutos y la crítica a otros "explica" porqué hacer correctamente las cosas no dan suficientes frutos.
Uno de los constantes cuestionamientos de siempre es sobre las manifestaciones emocionales o almáticas, que no tienen nada que ver con lo espiritual, que son herramientas de manipulación de masas y cosas por el estilo. Creo que es bastante sabido en los círculos cristianos que la descripción de "alma" abarca las emociones, los sentimientos, la voluntad. Todos estos elementos están condensados y administrados por la mente humana, que es la que razona, interpreta y manifiesta. El razonamiento humano es tan almático como la danza, la risa, el llanto o cualquier otra manifestación humana. La religiosidad particularmente se ha asociado a "lo serio", a estructurar la fe, por eso vemos por ejemplo en Lucas 19:35-40, cuando la multitud gozándose por las maravillas que habían visto alababan a Dios a grandes voces y los fariseos, de entre la multitud, decían: "Maestro, reprende a tus discípulos" para oir como respuesta de Jesus que si ellos callaran aún las piedras clamarían. En otras palabras diferenciar lo almático de lo espiritual no consiste absolutamente en observar desde afuera esas manifestaciones ya que una postura rígida, carente de movimientos, risas, llantos etc. puede ser tan almática como estas, por eso justamente en Hebreos 4:12 se nos revela que la Palabra de Dios es la única que puede partir el alma y el espíritu y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón y que el único que sabe todas las cosas es justamente ante quien tenemos que dar cuentas. Resumiendo, no debemos detenernos a observar desde afuera como lo hizo Mical con David y sólo atrajo maldición para si misma, antes, el camino correcto es buscar frutos en todo el amplio sentido, en el carácter, en los resultados del ministerio, la familia, la conducta. Si una persona llora o no, grita o no, danza o no, no hace diferencia si en su vida no se pueden ver los frutos del evangelio. En mi opinion personal, una persona que todo lo razona y trata de entender a Dios desde su mente humana sin la revelación del Espíritu es más almática que una persona que cree lo que dice la Biblia y la obedece con sencillez de corazón. Los gritos de júbilo, los aplausos, las danzas, los instrumentos no son moda ni invento de nadie, es la alabanza y la adoración descripta en la Biblia, pero así como dice en Mateo 21:9 "...los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, Y A LOS MUCHACHOS ACLAMANDO EN EL TEMPLO y diciendo: Hosanna al Hijo de David! SE INDIGNARON!. Que Dios bendiga al Cuerpo de Cristo!
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